Al terceros realizar una reinterpretación, o en este caso, una reescritura, ambos autores (Santos Chocano y Saurom) pueden cambiar elementos del mito original, lo que afecta lo que ese mito representa para una cultura. Una historia como la de Iztaccíhuatl y Popocatépetl es fundamental para tener ideas del pensamiento ancestral de los mexicas, y cuando se hacen reescrituras, este es vulnerable a perder elementos claves que revelen pistas de una cultura que fue sometida y reprimida.
Como se mencionó anteriormente, este mito pudo haber sufrido interpolaciones desde el momento en que los españoles lo conocieron, pues es una historia que no es acorde a las ideas eurocentristas del cristianismo, por lo que posiblemente sufrió readaptaciones para no ser olvidado por completo. Aún así, a como se conoce hoy en día, es concebida como una de las leyendas más conocidas de la cultura azteca y el hecho de que se preserve todavía es un acto de honra a la sociedad náhuatl que ha resistido por siglos.
En el caso de Santos Chocano y Saurom que reescribieron el mito en dos manifestaciones artísticas diferentes, ambos lo hicieron de manera respetuosa y apegada a los hechos de la leyenda ancestral, y con la idea de divulgar el mito, cuestión que hace tributo a una sociedad tan emblemática como la azteca, en especial para los mexicanos.
En Saurom, interpretaron el mito en música utilizando el folk-metal, subgénero que emplea sonidos medievales. Al hacerlo así, mezclaron los hechos de una leyenda prehispánica con música originaria europea, lo que da resulta en una fusión de culturas, lo que difiere con la concepción de supremacía española, sino que es como un apretón de manos entre ambas, esto desde el contexto actual. Sin embargo, habrán quienes digan que esto es apropiación cultural, sin embargo, también es posible interpretar la canción como una honra o tributo por parte de quienes en algún momento representaron a los malos de la historia.
Ambas manifestaciones artísticas (el poema y la canción) honran la memoria de la cultura mexica. Gracias a productos como estos, leyendas como la de Iztaccíhuatl y Popocatépetl, pueden seguir circulando y llegar a las personas en la actualidad, lo que hace que posteriormente se conserve en la memoria colectiva de las sociedades, y que eso puede motivar a que el futuro se hagan más reescrituras que mantengan vivas memorias de culturas ancestrales.